3 de abril de 2010

LA ROSA

Compré una hermosa rosa un día, estaba pequeñita y me dijeron que debía regarla seguido, su color era azul, única en su especie, me deleitaba observando como algo tan pequeño podría ser tan hermoso.
Le puse una varita en la rama para que creciera derechita y acostumbraba regarla cada tercer día, podaba sus hojitas y la tenía en la sombra para que el sol no la lastimara.
Pronto me puse a pensar que mi rosa necesitaba de un macetero mas grande y empecé a trabajar por ello. Le compré el mas hermoso macetero en porcelana hecho a mano de uno de los mejores artistas de la región.

Siguió creciendo y entonces pensé que sería muy bueno construir un jardín y cultivar más rosas tan bellas y fragantes como esas, wow realmente me hacía muy feliz pensar en cuantas flores y plantas debían formar parte de mi jardín dejando como el centro a mi rosa azul, pero debía trabajar mucho para eso, conseguir un espacio idóneo, tierra, agua, abono, semillas, podar las malas hierbas, etc., pero no me desanimé, continué porque anhelaba con todo mi corazón tener ese jardín.

Conseguí muchas plantas y flores, empecé a ver que no era suficiente asi que seguí trabajando pero se me olvido regar a mi rosa, pasó una semana, dos semanas y a la tercera semana cuando por fin habia terminado de arreglar el espacio para empezar a sembrar decidí ir a ver a mi bella rosa azul.

Yacía seca en su macetero de porcelana, se veía que el sol le había dado mucho tiempo porque olvidé quitarla hace tres semanas de la ventana de mi casa.
Entonces me di cuenta que todo mi esfuerzo, trabajo y sacrificio fue en vano porque sin querer descuidé la principal motivacion por la que trabaje tanto tiempo...

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